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martes, 26 de mayo de 2020
viernes, 20 de abril de 2018
El fondo de pensiones en Telmex y la separación funcional
Miguel Ángel Lara Sánchez
(El
presente es un resumen de nuestro Suplemento publicado en este número del
periódico bajo el mismo título y que da a conocer el resultado de una
investigación sobre las pensiones jubilatorias y el pago de antigüedades. El
documento íntegro se puede consultar y descargar de la versión digital de
nuestros sitios web y de las redes sociales.)
La primera vez que se pacta la
jubilación entre los telefonistas es en 1926 en uno de los dos sindicatos más
importantes de telefonistas que existían en aquel entonces. Desde la
unificación de los mismos (en 1950) en el actual Sindicato de Telefonistas de
la República Mexicana, Telmex tenía una Cuenta llamada Reserva para Contingencias donde acumulaba cierta cantidad de
dinero, de la cual pagaba las pensiones jubilatorias y las antiguedades de sus
ingresos con cargo a los gastos de operación. En el año de la fusión de los dos
sindicatos dicha Reserva representaba el 0.99% de los ingresos totales que
obtuvo.
Dos décadas más tarde, en 1972,
el Gobierno Federal adquiere el 51% de las acciones de Telmex y con ello se
convierte en una empresa pública de propiedad estatal mayoritaria. En ese
entonces la Reserva para Contingencias funcionaba de manera similar y
representó el 12.56%.
CUADRO 1. TELMEX. PORCENTAJE DE LA RESERVA PARA
CONTINGENCIAS CON RESPECTO A LOS INGRESOS TOTALES. Pesos
|
|||
1950
|
1972
|
1990
|
|
INGRESOS TOTALES
|
93,096,454
|
2,724,637,000
|
16,273,043,000
|
RESERVA PARA CONTINGENCIAS
|
924,437
|
342,092,000
|
1,040,892,000
|
PORCENTAJE CON RESPECTO A LOS
INGRESOS
|
0.99
|
12.56
|
9.20
|
Pasados 18 años, en pleno
frenesí neoliberal, el gobierno de Salinas de Gortari da marcha atrás en el
carácter paraestatal de Telmex y pasa a manos del capital privado en 1990. En ese año la Reserva equivale solamente al
9.29% de los ingresos totales, no porque haya bajado, sino porque subieron
notablemente sus ingresos totales, como se puede ver en el Cuadro 1.
Entre las primeras medidas que
tomaron los nuevos dueños de la empresa, fue la creación de un Fondo en
carácter de Fideicomiso que se destinara para el pago de las pensiones y las
antiguedades. Comenzó con una aportación de 224 millones de pesos en 1990,
cantidad que era muy inferior a las necesidades de ese entonces, si
consideramos que la Reserva para Contingencias tenía más de mil millones de
pesos en ese año.
Esta Reserva duraría todavía 13
años más, hasta 2002, cuando fue la última vez que se registró en los estados
financieros de Telmex, mientras se robustecía el Fondo. En dicho año la Reserva
cerró en poco más de 4 mil millones de pesos, mientras que el Fondo en
Fideicomiso acumulaba más de 59 mil millones de pesos. Eran tiempos en que
había pocos jubilados. por ejemplo, en 2003 en el Contrato Colectivo de Trabajo
de Telmex/Strm habían 39,640 telefonistas activos y solo 8,200 jubilados.
Ya privatizada, Telmex ha
tenido cambios importantes derivados de la revolución de las telecomunicaciones
producto del lenguaje binario y que bajo el control de los nuevos dueños el fin
principal y último es la obtención de los máximos niveles de ganancia. Así, ha
transitado por cinco desprendimientos importantes:
El primero, al sustraer de
nuestra materia de trabajo lo mejor de la comunicación de datos para
concentrarla en Uninet y Red Uno, cosa que realizaron durante los años noventa
del siglo anterior.
El segundo, al separar en el
año 2000 el negocio de la telefonía celular en una empresa distinta y llevarse
así la materia de trabajo más lucrativa. Cuando esto sucedió, se llevaron 59
mil millones de pesos de los bienes de Telmex, el 27% del total. Siete años más
tarde, en 2007, vuelven a partir la empresa al separar a Telmex Internacional,
llevándose casi 92 mil millones de pesos, que representaba el 65% de sus bienes
totales, con lo que asestan el tercer golpe.
El cuarto se produce en 2010
cuando los dueños deciden agrupar todos sus negocios de telecomunicaciones en
América Móvil, pasando Telmex y Telmex Internacional a ser subsidiarias de
aquella. El quinto desprendimiento ocurrió también a principios de esta década
cuando concentran activos fundamentales como equipo de conmutación y de
transmisión, así como la flota vehicular en la subsidiaria RESA.
En todas estas divisiones se
veían afectados los ingresos de Telmex, que venían de más a menos, acentuados
por la lucha monopólica que lideraba desde entonces el Grupo Televisa y que ha
impedido hasta el momento que Telmex pueda comercializar las señales de
televisión.
Por su parte, el
Fondo en Fideicomiso alcanzó su mayor inyección en 2003, cuando llegó a casi 8
mil millones de pesos. Pero un año después solo se le aportaron casi mil 700
millones. De 2005 a 2007 las aportaciones anuales bajaron todavía mucho más,
pues ninguna de ellas rebasaba los cien millones de pesos. Todavía en los dos
años siguientes aportaron al Fondo entre 4 y 6 mil millones de pesos, pero en
2010 solo inyectaron 289 mil pesos. Esa
fue la última vez que Telmex aportó nuevo capital para el Fondo en
Fideicomiso, pues en adelante el Fondo se alimentaría casi exclusivamente del
rendimiento de los intereses en que se encuentra invertido, es decir, que los dueños del negocio usaron la masa de
dinero de esa prestación contractual que cada año creamos en la vida laboral
para consolidar ese nuevo perfil corporativo.
En la actualidad vivimos el
sexto intento de partición de la empresa, que se puede consumar si todos los
miembros del STRM no nos movilizamos para defender nuestra materia de trabajo y
si es que el Secretario General dobla las manos. Vivimos una ofensiva recrudecida
por parte de Televisa a través del gobierno Peñista y en particular de su brazo
ejecutor, el IFT. Pero también de los dueños de la empresa, pues al amparo de
éste, son quienes aprovecharon la ocasión para darle el tiro de gracia a Telmex
y partirla en dos.
Pero mientras se ha inducido el
achicamiento de Telmex, por el contrario ha crecido el número de jubilados y
con ello el pago de las pensiones y las antiguedades en un juego siniestro por
parte de los dueños, que pareciera llevar el propósito de conducirla a la
quiebra para deshacerse del costo de las jubilaciones.
Analizando el Plan final de
separación funcional del IFT, la verdadera intención se asoma: partir al
sindicato en dos y llevarlo a una negociación del Contrato Colectivo de Trabajo
y los demás reglamentos (Perfiles, Reglamento Interior de Trabajo, Programa de
Productividad, etc.) donde los dueños tengan
la oportunidad de rasurar notablemente nuestros derechos laborales y
contractuales, particularmente el de la pensión jubilatoria y las antiguedades,
restableciendo un severo régimen laboral similar al de tipo carcelario que
vivieron las operadoras hasta los años 70s.
martes, 30 de enero de 2018
De lo perdido y lo vivido en 2017
2017 va a pasar en la historia de los
telefonistas como el año de las prórrogas del emplazamiento a huelga. Fue la
táctica empleada por Hernández Juárez para encarar la partición de Telmex. Sin
embargo, lo que ha definido el rumbo del conflicto no son las prórrogas sino
dos movilizaciones en particular: la primera, el mitin realizado el 26 de julio
de 2017 junto con la política de alianzas orquestada por el dilatado líder,
donde se patentó el apoyo del sindicalismo y de las organizaciones sociales
activas, junto con el respaldo previo del Congreso del Trabajo y el
involucramiento del Secretario de Trabajo; y la segunda, la falta colectiva del
5 de septiembre, que produjo el encuentro del Ejecutivo con el principal dueño
de Telmex y el STRM, donde el Sr. Slim se pronunció por el respeto a nuestros
derechos y a la integridad del sindicato, aunque cabe resaltar que no lo hizo
contra la partición de Telmex.
Ya veremos si en
plena carrera por la presidencia de la República el capítulo final termina con
el desistimiento de la separación o partición de Telmex, o si ésta se divide
pero con el respeto de los derechos, de la plantilla de telefonistas y de la
interlocución del STRM, o con el prolongamiento del conflicto hasta que el
nuevo Presidente esté en condiciones de negociar con las principales empresas
de telecomunicaciones, incluido Grupo Carso y el sindicato mismo.
Mientras tanto, la
ofensiva contra nuestra materia de trabajo y contra el sindicato mismo durante
2017 nubló una serie de afectaciones a los telefonistas. En el terreno
económico, las afectaciones fueron las siguientes:
1.
Empezamos
el año perdiendo nuevamente 1.53% de nuestro salario tabulado por el impuesto a
la parte no exenta del fondo de ahorro. La decisión del IFT sobre la separación
funcional le dio a los dueños de Telmex y al
cuajado líder el pretexto perfecto para ya no insistir en la demanda contra
dicho impuesto.
2.
Pérdida
neta del 21% del reparto de utilidades por las afectaciones que tuvo Telmex por
las imposiciones tarifarias del IFT.
3.
Pérdida
aproximada del 1.5% de nuestro salario tabulado que se embolsó el mago de los
seguros sindicales, el Sr. Macooley.
4.
Lo
que se perdió de la revisión salarial para el control de los delegados y convencionistas
(gastos de asambleas y convenciones y por revisión salarial) y para los
negocios de dudosa rectitud en la remodelación y construcción de edificios sindicales
que benefician a algunos miembros de la familia real. Todo esto equivale a 0.5%
del aumento salarial.
La suma de estas
pérdidas equivale al 3.53% del salario tabulado que, restado del 5.2% que
tuvimos de aumento salarial el 25 de abril (4.2% directo al tabulador y 1% en
prestaciones), al final nos quedaba solamente un 1.67% de aumento al tabulador.
Este micro aumento terminó desvaneciéndose por el impacto de la inflación que,
por ejemplo, en el caso de las gasolinas pasó de $14.81 la Premium en diciembre
de 2016 a $18.48 un año después, en diciembre de 2017.
En el plano sindical
se acentuó la represión de parte del Secretario General hacia las voces
discrepantes. No solo se conserva el clima de control autoritario mediante la
suspensión de los derechos sindicales a los compañeros que se atreven a
criticar la política empresista del eterno Secretario, sino que se acentuó con
la expulsión y rescisión del contrato laboral de la mayoría de los miembros del
Comité Ejecutivo Nacional del sindicato democrático que tienen los trabajadores
de la Caja de Ahorro de los Telefonistas.
Mientras que se
inflan enormemente los costos de la construcción de las nuevas instalaciones de
la Caja de Ahorro de los Telefonistas en beneficio de los familiares del
Secretario General, por el otro lado la enorme, escandalosa y gigantesca
proliferación de las empresas contratistas y subcontratistas que se exhibió con
toda su fuerza a mediados de año cuando Telmex impulsó en los hechos la
separación funcional de la planta externa, reveló el gran daño que ha provocado
en nuestra materia de trabajo y en la fuerza del sindicato.
Esta pérdida de
materia de trabajo que solapó e impulsó el mismo Secretario General y su equipo
más cercano de familiares y comisionados, tanto en la vía de los hechos como en
las negociaciones de los últimos 20 años, debilitó tanto al sindicato y
particularmente a la investidura del Secretario General mismo, que Telmex
olímpicamente lo dejó fuera de las negociaciones con el IFT a fines de 2016 y
comienzos de 2017, y que los dueños de Telmex hubieran impulsado desde el IFT
la partición de la empresa, como el mismo Hernández Juárez reconociera a
mediados de año. Aunque derivado de la falta colectiva el Sr. Slim se pronunció
por el respeto a nuestros derechos y a la interlocución del STRM en la
negociación que tuvieron a fines de noviembre con el Ejecutivo, sin embargo no
se pronunció contra la separación funcional, como lo detallamos en otro
artículo de este número.
Si además de convocar
al movimiento social a solidarizarse en nuestra próxima revisión contractual,
el Secretario General dejase de controlar al sindicato con el garrote en la
mano contra las voces que podemos opinar distinto a él, y si respetara los
mecanismos democráticos de la vida interna, el sindicato se vería fortalecido
en su lucha por evitar la partición de Telmex.
Lo que hicieron los
directivos de Telmex a mediados de año en el sentido de avanzar en los hechos
hacia la partición de la empresa no debemos olvidarlo. ¿Ya dieron marcha atrás?
¿Ya dejaron de contratar personal para Macronet? ¿Ya dejaron de vender en línea?
¿Ya desactivaron a las filiales en las contrataciones? Si no es así, esto es lo
urgente a resolver. La revisión contractual debiera ser el momento para lograr
una reducción sensible del peso de las filiales y para rescatar esa gran
cantidad de materia de trabajo perdida por la sumisión a los intereses de los
dueños de Telmex.
De prórrogas y partidas de m…ateria de trabajo
PRÓRROGAS
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EMPLAZAMIENTO
A HUELGA PARA EL 25 DE ABRIL DE 2017
|
|
1
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PRÓRROGA
PARA EL 20 DE MAYO
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2
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PRÓRROGA
PARA EL 1 DE JUNIO
|
3
|
PRÓRROGA
PARA EL 29 DE JUNIO
|
4
|
PRÓRROGA
PARA EL 25 DE SEPTIEMBRE
|
5
|
PRÓRROGA
PARA EL 18 DE OCTUBRE
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6
|
PRÓRROGA
PARA EL 29 DE NOVIEMBRE
|
7
|
PRÓRROGA
PARA EL 25 DE ABRIL DE 2018
|
Fue el 6 de marzo de
2017 que el IFT resolviera la partición de Telmex en dos empresas. Esto motivó
que el Secretario General del Sindicato de Telefonistas promoviera un doble
emplazamiento a huelga para el 25 de abril de 2017: uno por la revisión salarial
y otro, por violaciones al contrato colectivo, para presionar contra la
decisión del IFT en torno a la partición de Telmex. Desde que el IFT abrió
fuego en marzo, se vivió una etapa donde se nos hizo creer que eran las otras
empresas de telecomunicaciones, particularmente Televisa y el Presidente,
quienes empujaban en esta dirección. Así llegó el 25 de abril y las
negociaciones para la revisión salarial tuvieron que prorrogarse otras dos
semanas para que terminaran el 16 de mayo con la “última y definitiva
propuesta” bajo la intervención del Secretario de Trabajo y con una declaración
por parte de Hernández Juárez de que la empresa rechazaba la separación
funcional, el contrato colectivo se respetaba íntegramente, se reconocía al
sindicato como el legítimo representante de los trabajadores y no habría
ninguna afectación a los derechos de los activos y jubilados. Corría ya la
primera prórroga fijada para el 20 de mayo. Aquí se anunció el apoyo del
Congreso del Trabajo contra la partición de Telmex.
Vendría una segunda y
tercera prórrogas, una de vencimiento al 1 de junio y la otra para el 29 de
dicho mes. Pero justo un día antes, el Secretario General denunciaba que “quien
realmente incluyó en el ánimo del Ifetel (para la partición de Telmex), fue la
empresa para ir en esa dirección”. Esto abrió una etapa distinta, el segundo
capítulo de esta confrontación.
Se emite una cuarta prórroga con vencimiento al 25 de
septiembre. ¿La razón de esta fecha? El cambio de director en el Instituto
Federal de Comunicaciones; por otra parte, para esperar la resolución de la
Suprema Corte ante el amparo sindical interpuesto, la plenaria del IFT y para
la negociación entre el Secretario de Trabajo y el IFT sobre la afectación a
los derechos laborales.
En esas semanas el
IFT resuelve a favor de Telmex las Tarifas sobre el uso de su red y prepara una
resolución sobre los costos de interconexión, pero le da largas a su definición
sobre la no partición de Telmex, siendo acusada de que estaba politizando el
conflicto. Nuevamente el longevo Secretario General remachaba el 12 de julio:
“Tengo que decirles con toda claridad que la empresa es la más interesada en
que se dé la separación funcional de Telmex”. Acto seguido, iniciaba la
aplicación de una serie de medidas centradas en la solicitud de solidaridad
tanto nacional como internacional y la realización de una marcha nacional el 26 de julio, mientras que al interior del
sindicato pedía que no se jubilaran los compañeros y preparaba una asamblea de
socios de la Caja de Ahorro de los Telefonistas para primero expulsar y después
despedir a casi la totalidad del Comité Ejecutivo democrático, como lo hizo
posteriormente. Bajo el cobijo de la solidaridad de otros sindicatos y
organizaciones de izquierda, exhibía el garrote de la represión contra la
disidencia de la CATSCAP.
Mientras tanto, los
dueños de Grupo Carso no perdían tiempo, avanzando en los hechos en la
partición de Telmex, produciendo un desabasto “gigantesco” en todos los
almacenes, así calificado por el Secretario General, vaciando de importantes
artículos las tiendas Telmex, contratando personal por fuera del STRM para la
nueva marca “Macronet”, vendiendo por Internet a bajos precios una buena
cantidad de los productos que antes se vendían en las propias sucursales, autorizando
que las filiales pudieran hacer contratación directa de líneas y de ladaenlaces
sin mediación de Telmex, etc. En una palabra, partición de Telmex a todo vapor.
En respuesta,
Hernández Juárez impulsa la falta colectiva, que se realiza el 5 de septiembre
y emite otro amparo contra la separación funcional. Bien “radicaloso”,
“estalla” otras dos prórrogas más: la
quinta, con vencimiento al 18 de octubre, ante la suspensión de actividades
de la Secretaría de Trabajo motivada por los efectos del terremoto del 19 de
septiembre y la sexta, para el 29 de
noviembre.
Al parecer, este segundo
capítulo marcado por la confrontación entre el STRM y los dueños de Telmex se
cierra a fines de noviembre cuando por
segunda vez Telmex coincide “con el sindicato” en que la separación
funcional no es la vía adecuada y cuando se produce una reunión con el
Presidente, Carlos Slim, el Secretario de Trabajo y el propio Hernández Juárez
donde Slim “se compromete a respetar los derechos y la integridad del
sindicato” y a gestionar una negociación con el IFT en febrero de 2018 para que
considere las propuestas de Telmex y del sindicato. Ante este acuerdo,
Hernández Juárez decide prorrogar, pero ahora hasta el 25 de abril de 2018.
Esto es lo que informa el
Secretario General, pero no se dice nada del desistimiento de Telmex sobre el
desabasto, la contratación de personal para Macronet, la venta de artículos en
línea y el trabajo de las filiales para contratar sin Telmex. Aunque en una
Circular del Comité Ejecutivo Nacional fechada el 25 de noviembre de 2017 se
afirma que “la empresa coincide con el sindicato en que la separación no es la
vía adecuada”, sin embargo dos días después Hernández Juárez informa, como
dijimos líneas arriba, que tras la reunión con el ejecutivo y el Sr. Slim, este último no refrendó este punto de vista,
sino que lo sesgó hacia el respeto a los derechos laborales y a la integridad
del sindicato, lo que deja la puerta abierta para la partición de Telmex. Ya
veremos de aquí a la revisión contractual, por un lado, si los dueños de Telmex
realmente dieron marcha atrás en la partición de la empresa y, por otro lado,
si el Presidente y sus jefes, los televisos y las otras grandes empresas de
telecomunicaciones, también desisten de la separación.
Fibra Sindical. Órgano de La Asociación Mexicana de Trabajadores
Activos, Jubilados y Pensionados 22 de abril, A.C., afiliada a la Nueva Central de Trabajadores. Comité
Editorial: Jorge Zambrano González. (Querétaro, Qro.); Arturo Figueroa
Saucedo, (Hermosillo, Son.); Hugo Márquez Madrigal (Lagos de Moreno, Jal.);
Jesús Cuevas Ortiz, Melesio Ávalos Méndez, Miguel Ángel Lara Sánchez, Pablo
Ángel Lugo Colín, Ramón E. Félix
Vázquez y C. Benito Méndez Castro
(Sección Matriz).
Correo de la
Asociación:
Facebook:
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Los
artículos firmados no necesariamente reflejan la opinión del Comité
Editorial.
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Expropiar y renacionalizar las telecomunicaciones
a
grandes males, grandes remedios
Cerró
el año 2017 y la suerte de Teléfonos de México, S.A. aún no está definida, por
lo menos para los trabajadores telefonistas. Bajo la dirección de los actuales
dueños, queda poco de aquella empresa que existía en 1989, cuando era la
responsable principal de mantener las telecomunicaciones en todo el país.
Primero,
bajo la presión de los tiburones internacionales de las telecomunicaciones y de
la oleada neoliberal, el mercado mexicano de este sector se fragmentó a
mediados de los años 90 del siglo anterior, dando entrada a las grandes
corporaciones como la Telefónica Española, a Televisa y otras tantas empresas
tanto en la comunicación celular como la local e internacional. Es en estos
años cuando a través de Red Uno y Uninet le quitan al STRM la materia de
trabajo más importante que tiene que ver con la comunicación de datos y los
modernos servicios digitales.
Después,
en un tercer momento, el Grupo Carso a principios de este siglo separa la
telefonía celular de Telmex en una empresa diferente: América Móvil.
Posteriormente, en 2007 desprende la telefonía internacional de Telmex y se la
lleva a una empresa distinta.
Luego,
ya en esta década, Telmex pasa a ser una filial de América Móvil y continúa
llevándose trozos importantes de los bienes de Telmex. A los bienes raíces y el
parque vehicular, se suma el desprendimiento de otros elementos de la
infraestructura de telecomunicaciones que pasan a manos de la empresa RESA.
Y
durante todo este período debemos agregar la notable pérdida de materia de
trabajo del Sindicato de Telefonistas a manos de las empresas contratistas y
subcontratistas, por lo que la afectación a los trabajadores telefonistas es
notable.
Es
así como llegamos a principios de 2017, cuando se anuncia el golpe más reciente
a nuestra materia de trabajo: la partición de Telmex en dos empresas bajo la
llamada separación funcional de la planta externa anunciada por el Instituto
Federal de Telecomunicaciones y promovida no solo por los televisos y compañía,
sino también auspiciada por los dueños de Grupo Carso, es decir, nuestros
patrones, según revelaciones del Secretario General a mediados de 2017.
Como
podemos ver, lejos estamos del compromiso asumido por los dueños de Telmex
cuando se privatizó la empresa, en el sentido de que se iban a respetar los
derechos laborales de los telefonistas, en aquel llamado “Convenio de
Concertación”. El derecho laboral más
importante es nuestra materia de trabajo, porque de ella depende todo:
nuestro empleo, las prestaciones, el sindicato mismo, etc., y justo este
derecho es el que se ha venido cercenando hasta casi reducirlo a su mínima
expresión.
Esto
es lo que sucede con Grupo Carso. Pero si vemos al resto de las empresas del
ramo, la lucha entre los grandes tiburones ha producido una especie de
parasitismo, pues Televisa, Telefónica y las restantes empresas se caracterizan
por buscar la ganancia fácil, es decir, presionan al gobierno federal para
fijar altas tarifas, eludiendo el compromiso de dedicar grandes cantidades de
capital de imversión para desarrollar las telecomunicaciones y buscando el uso
gratuito de la infraestructura de Telmex. El Ifetel, la entidad gubernamental
que se supone debe encargarse de procurar el desarrollo en el sector, es presa
de los intereses mezquinos de estas empresas; se ha convertido en el mazo de
las telefónicas para golpearse entre sí y para minar los derechos laborales de
los trabajadores de las telecomunicaciones, incluidos los telefonistas.
Bajo
los términos de la separación y de los candados fijados en el Título de
Concesión, el sector de las telecomunicaciones está condenado al atraso y la
mediocridad, pues en aras de favorecer a las empresas creadas después de 1990,
le quita el dinamismo y lo sustituye por la rapacidad y la depredación. Está
demostrado, pues, que en estos 27 años de privatización, los principales
beneficiados han sido los grandes capitales que monopolizan las telecomuni-caciones
en nuestro país.
Bajo las riendas del capital privado,
las telecomunicaciones en nuestro país han producido supermillonarios a costa
de mantener tarifas muy elevadas, de pisotear los derechos laborales y de
empobrecer no solo a los trabajadores sino también al sector mismo de
telecomunicaciones con el aumento escandaloso del contratismo y el
subcontratismo.
Y frente a este nuevo intento por
partir a Telmex y perjudicar de nueva cuenta tanto a los telefonistas como al
propio desarrollo económico del país, se hace necesario que este sector tan importante
se le quite de las manos al capital privado, se le expropie, y se vuelvan a
nacionalizar las telecomunicaciones, donde los trabajadores jueguen un papel
fundamental en la conducción de los destinos de este sector.
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