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lunes, 11 de julio de 2022
martes, 26 de mayo de 2020
viernes, 20 de abril de 2018
NO, a la partición de Telmex
- Fueron los dueños de Telmex quienes indujeron la partición de la empresa
- Atenta contra los aspectos medulares del Contrato Colectivo de Trabajo
- Debilita la fuerza del sindicato al partir en dos su núcleo principal
El Plan
final de separación funcional de Telmex emitido por el Instituto Federal de
Telecomunicaciones (IFT) a principios de marzo de 2018 por fin deja ver las
verdaderas intenciones: no lleva como propósito eliminar la preponderancia,
sino eliminar las prácticas discriminatorias, aunque con la división de Telmex
se le da gusto a Televisa y al gobierno peñista de debilitarla. Pero nuestros
patrones están aprovechando la ocasión para disminuir sensiblemente los
derechos amparados en el Contrato Colectivo de Trabajo TELMEX/STRM, en especial
las pensiones jubilatorias, y para debilitar la fuerza del sindicato,
partiéndolo en dos.
Al detallar la manera en que funcionaría esta partición de
nuestra materia de trabajo, que el IFT le avaló en lo general, nuestros
patrones establecen una serie de mecanismos que atentan contra el contrato
colectivo y contra el sindicato mismo. Veamos cuáles son:
Proponen que la empresa dividida se integre fundamentalmente con
personal salido de Telmex, “… así como de otras sociedades prestadoras de
servicios…”[1].
También más adelante establecen que “…parte del personal de las Empresas
mayoristas provendría de Telmex/Telnor”[2], lo que indica
que la otra parte puede ser con personal de las otras sociedades prestadoras de
servicios que aluden, con personal de las filiales (pág. 223), con personal de
nuevo ingreso o con cualquier otro personal, todo lo cual equivale a una
sustracción de nuestra actual materia de trabajo.
Señala que los trabajadores transferidos a la empresa
dividida no deberán tener punto de contacto con los que se queden en
Telmex/Telnor, a menos de que técnicamente sea indispensable y que previamente
esté autorizado por un superior. Aparentemente esto no estaría fuera de lo
normal, pero el acento que ponen en ello y la ordenación de algunas medidas lleva
un sesgo segregacionista e incluso carcelario que nos recuerda los tiempos
siniestros de Tráfico y que se confirma cuando el IFT ordena la “Definición
clara del perímetro de las EM mediante bardas perimetrales que delimiten las
áreas de trabajo, cuando técnicamente sea factible”[3]
Por otra parte, en lo que se refiere al Contrato Colectivo de
Trabajo, el Plan Final tiene tres actitudes.
La primera establece
que “… las EM asumirán los derechos y obligaciones derivadas de las
relaciones contractuales individuales y/o colectivas, respecto del personal que
les sea traspasado…” [5] (pág. 223), lo
que da la apariencia de que se respetarán los derechos contractuales.
Como se ve, la partición de la empresa nos puede conducir a
un escenario donde se deterioren más las finanzas de la empresa y la seguridad
de la materia de trabajo, pues se consumaría que lo que tienen Uninet y Red Uno –que es de lo más
importante-, se pierda de manera definitiva. Asimismo, perderíamos derechos
contractuales y, en el extremo, la seguridad del empleo.
Pero obligarnos a acatar dichos Códigos equivale a rebasar
las normas establecidas en el Contrato Colectivo y el Reglamento Interior de
Trabajo; significan una revisión contractual en los hechos donde se imponen
normas, procedimientos de trabajo y relaciones laborales que no están pactadas
entre las partes. Son imposiciones patronales que están por encima de los
acuerdos entre empresa y sindicato y que quebrantan la ley.
Otro
aspecto que llama la atención es el relativo al Fondo en
Fideicomiso para el pago de las pensiones y antiguedades. El Plan final
establece que una parte del mismo será transferido a las empresas divididas
para fondear el pago a los 12,315 jubilados (el 37.5% del total) que los dueños
proponen se transfieran a estas empresas, según las cifras dadas a conocer por
el Comité Ejecutivo Nacional en su resumen titulado “Separación Funcional”
difundido en la Asamblea General Nacional del 10 de marzo de este año, ya que
en la versión pública el IFT ocultó esta y otra información.
Pero el
Fondo se encuentra en una situación crítica, pues en el caso de Telmex dejó de
realizar aportaciones desde el año 2010[10],
justo en un período donde aumentó la cantidad de jubilados de manera
importante. Además, es contradictorio que esté proponiendo la transferencia de
casi 16 mil telefonistas activos (que
son la mayoría) a las empresas divididas, pero solo el 37.5% de los jubilados y
que con un número menor de trabajadores activos que se quedan en Telmex/Telnor
se ubique a la mayoría de los jubilados.
La pensión
es una prestación contractual que se
paga después de la relación laboral como trabajadores activos, pero que la
empresa nos va descontando de nuestro salario integrado cada año. Al dejar de
alimentar el Fondo, está incumpliendo y violando el Contrato Colectivo de Trabajo.
Y peor aún si este dinero que debía acumular en el Fondo lo usó para consolidar
la posición de América Móvil y de Telmex Internacional en detrimento incluso de
la expansión de Telmex/Telnor.
Desde hace
algunos años Telmex presenta una situación financiera difícil, sobre todo a
partir de la escisión de Telmex Internacional en 2007, cuya responsabilidad
recae tanto en el gobierno federal como en los dueños de la empresa; solo los
primeros saben si con la nueva separación tendrá el desarrollo suficiente para
superar esta condición, pero lo que demuestran las cifras es una política de
estrangulamiento financiero, como se analiza en el Suplemento de este número
del periódico.
En este
este entorno, una nueva división de Telmex/Telnor acentúa el riesgo de que se
deterioren aún más sus finanzas y de que trate de disminuir de manera importante
el beneficio de las pensiones y pagos de antigüedad, y de las prestaciones
económicas en su conjunto. Pero en términos generales, como hemos visto a lo
largo de este análisis de la separación, está claramente anunciada la intención
de realizar modificaciones fundamentales en el Contrato Colectivo de Trabajo
tanto en el plano de la regulación laboral, en los procedimientos del trabajo y
en la materia de trabajo, como en los derechos adquiridos.
Fibra
Sindical. Órgano de La Asociación
Mexicana de Trabajadores Activos, Jubilados y Pensionados 22 de abril, A.C.,
afiliada a la Nueva Central de
Trabajadores. Comité Editorial: Jorge Zambrano González.
(Querétaro, Qro.); Arturo Figueroa Saucedo, (Hermosillo, Son.); Hugo Márquez
Madrigal (Lagos de Moreno, Jal.); Jesús Cuevas Ortiz, Melesio Ávalos Méndez,
Miguel Ángel Lara Sánchez, Pablo Ángel Lugo Colín, Ramón E. Félix Vázquez y C. Benito Méndez Castro (Sección Matriz).
Correo
de la Asociación:
Facebook:
jubiladosypensionadosac
Los
artículos firmados no necesariamente reflejan la opinión del Comité
Editorial.
|
Y aunque
en el supuesto de la separación los contratos colectivos sean los mismos, la
membresía principal del sindicato quedará partida en dos, y la materia de
trabajo en tres, así como la relación laboral. Por eso decimos que la separación funcional no resuelve el
problema de la llamada preponderancia, sino que va enfilada contra los
telefonistas, sindicalizados y de confianza de Telmex/Telnor. De ahí que nos
pronunciemos enérgicamente en contra de esta decisión.
[1] IFT. Versión Pública del Acuerdo P/IFT/270218/130.
(Sobre el Plan final de separación funcional de Telmex), p. 51.
[2] página 241
[3] Pág. 173
[4] Pág. 373
[5] Pág. 223.
También se reitera en el inciso a de la pág. 225. En esta última página
refieren que el contrato colectivo de las empresas mayoristas “contendrá las
mismas condiciones que el actual correspondiente a cada empresa”. Habrá que ver
qué entienden por “condiciones”.
[6] Pág. 224,
subrayado nuestro.
[7] Pág. 240.
[8] Pág. 281,
subrayados nuestros
[9] Pág. 67 impresa de la
versión esteneográfica.
[10] Más específicamente, en 2010
solo aportó 289 mil pesos y en adelante ni un centavo, como se puede ver en el
Suplemento.
El fondo de pensiones en Telmex y la separación funcional
Miguel Ángel Lara Sánchez
(El
presente es un resumen de nuestro Suplemento publicado en este número del
periódico bajo el mismo título y que da a conocer el resultado de una
investigación sobre las pensiones jubilatorias y el pago de antigüedades. El
documento íntegro se puede consultar y descargar de la versión digital de
nuestros sitios web y de las redes sociales.)
La primera vez que se pacta la
jubilación entre los telefonistas es en 1926 en uno de los dos sindicatos más
importantes de telefonistas que existían en aquel entonces. Desde la
unificación de los mismos (en 1950) en el actual Sindicato de Telefonistas de
la República Mexicana, Telmex tenía una Cuenta llamada Reserva para Contingencias donde acumulaba cierta cantidad de
dinero, de la cual pagaba las pensiones jubilatorias y las antiguedades de sus
ingresos con cargo a los gastos de operación. En el año de la fusión de los dos
sindicatos dicha Reserva representaba el 0.99% de los ingresos totales que
obtuvo.
Dos décadas más tarde, en 1972,
el Gobierno Federal adquiere el 51% de las acciones de Telmex y con ello se
convierte en una empresa pública de propiedad estatal mayoritaria. En ese
entonces la Reserva para Contingencias funcionaba de manera similar y
representó el 12.56%.
CUADRO 1. TELMEX. PORCENTAJE DE LA RESERVA PARA
CONTINGENCIAS CON RESPECTO A LOS INGRESOS TOTALES. Pesos
|
|||
1950
|
1972
|
1990
|
|
INGRESOS TOTALES
|
93,096,454
|
2,724,637,000
|
16,273,043,000
|
RESERVA PARA CONTINGENCIAS
|
924,437
|
342,092,000
|
1,040,892,000
|
PORCENTAJE CON RESPECTO A LOS
INGRESOS
|
0.99
|
12.56
|
9.20
|
Pasados 18 años, en pleno
frenesí neoliberal, el gobierno de Salinas de Gortari da marcha atrás en el
carácter paraestatal de Telmex y pasa a manos del capital privado en 1990. En ese año la Reserva equivale solamente al
9.29% de los ingresos totales, no porque haya bajado, sino porque subieron
notablemente sus ingresos totales, como se puede ver en el Cuadro 1.
Entre las primeras medidas que
tomaron los nuevos dueños de la empresa, fue la creación de un Fondo en
carácter de Fideicomiso que se destinara para el pago de las pensiones y las
antiguedades. Comenzó con una aportación de 224 millones de pesos en 1990,
cantidad que era muy inferior a las necesidades de ese entonces, si
consideramos que la Reserva para Contingencias tenía más de mil millones de
pesos en ese año.
Esta Reserva duraría todavía 13
años más, hasta 2002, cuando fue la última vez que se registró en los estados
financieros de Telmex, mientras se robustecía el Fondo. En dicho año la Reserva
cerró en poco más de 4 mil millones de pesos, mientras que el Fondo en
Fideicomiso acumulaba más de 59 mil millones de pesos. Eran tiempos en que
había pocos jubilados. por ejemplo, en 2003 en el Contrato Colectivo de Trabajo
de Telmex/Strm habían 39,640 telefonistas activos y solo 8,200 jubilados.
Ya privatizada, Telmex ha
tenido cambios importantes derivados de la revolución de las telecomunicaciones
producto del lenguaje binario y que bajo el control de los nuevos dueños el fin
principal y último es la obtención de los máximos niveles de ganancia. Así, ha
transitado por cinco desprendimientos importantes:
El primero, al sustraer de
nuestra materia de trabajo lo mejor de la comunicación de datos para
concentrarla en Uninet y Red Uno, cosa que realizaron durante los años noventa
del siglo anterior.
El segundo, al separar en el
año 2000 el negocio de la telefonía celular en una empresa distinta y llevarse
así la materia de trabajo más lucrativa. Cuando esto sucedió, se llevaron 59
mil millones de pesos de los bienes de Telmex, el 27% del total. Siete años más
tarde, en 2007, vuelven a partir la empresa al separar a Telmex Internacional,
llevándose casi 92 mil millones de pesos, que representaba el 65% de sus bienes
totales, con lo que asestan el tercer golpe.
El cuarto se produce en 2010
cuando los dueños deciden agrupar todos sus negocios de telecomunicaciones en
América Móvil, pasando Telmex y Telmex Internacional a ser subsidiarias de
aquella. El quinto desprendimiento ocurrió también a principios de esta década
cuando concentran activos fundamentales como equipo de conmutación y de
transmisión, así como la flota vehicular en la subsidiaria RESA.
En todas estas divisiones se
veían afectados los ingresos de Telmex, que venían de más a menos, acentuados
por la lucha monopólica que lideraba desde entonces el Grupo Televisa y que ha
impedido hasta el momento que Telmex pueda comercializar las señales de
televisión.
Por su parte, el
Fondo en Fideicomiso alcanzó su mayor inyección en 2003, cuando llegó a casi 8
mil millones de pesos. Pero un año después solo se le aportaron casi mil 700
millones. De 2005 a 2007 las aportaciones anuales bajaron todavía mucho más,
pues ninguna de ellas rebasaba los cien millones de pesos. Todavía en los dos
años siguientes aportaron al Fondo entre 4 y 6 mil millones de pesos, pero en
2010 solo inyectaron 289 mil pesos. Esa
fue la última vez que Telmex aportó nuevo capital para el Fondo en
Fideicomiso, pues en adelante el Fondo se alimentaría casi exclusivamente del
rendimiento de los intereses en que se encuentra invertido, es decir, que los dueños del negocio usaron la masa de
dinero de esa prestación contractual que cada año creamos en la vida laboral
para consolidar ese nuevo perfil corporativo.
En la actualidad vivimos el
sexto intento de partición de la empresa, que se puede consumar si todos los
miembros del STRM no nos movilizamos para defender nuestra materia de trabajo y
si es que el Secretario General dobla las manos. Vivimos una ofensiva recrudecida
por parte de Televisa a través del gobierno Peñista y en particular de su brazo
ejecutor, el IFT. Pero también de los dueños de la empresa, pues al amparo de
éste, son quienes aprovecharon la ocasión para darle el tiro de gracia a Telmex
y partirla en dos.
Pero mientras se ha inducido el
achicamiento de Telmex, por el contrario ha crecido el número de jubilados y
con ello el pago de las pensiones y las antiguedades en un juego siniestro por
parte de los dueños, que pareciera llevar el propósito de conducirla a la
quiebra para deshacerse del costo de las jubilaciones.
Analizando el Plan final de
separación funcional del IFT, la verdadera intención se asoma: partir al
sindicato en dos y llevarlo a una negociación del Contrato Colectivo de Trabajo
y los demás reglamentos (Perfiles, Reglamento Interior de Trabajo, Programa de
Productividad, etc.) donde los dueños tengan
la oportunidad de rasurar notablemente nuestros derechos laborales y
contractuales, particularmente el de la pensión jubilatoria y las antiguedades,
restableciendo un severo régimen laboral similar al de tipo carcelario que
vivieron las operadoras hasta los años 70s.
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