Miguel Ángel Lara Sánchez
(El
presente es un resumen de nuestro Suplemento publicado en este número del
periódico bajo el mismo título y que da a conocer el resultado de una
investigación sobre las pensiones jubilatorias y el pago de antigüedades. El
documento íntegro se puede consultar y descargar de la versión digital de
nuestros sitios web y de las redes sociales.)
La primera vez que se pacta la
jubilación entre los telefonistas es en 1926 en uno de los dos sindicatos más
importantes de telefonistas que existían en aquel entonces. Desde la
unificación de los mismos (en 1950) en el actual Sindicato de Telefonistas de
la República Mexicana, Telmex tenía una Cuenta llamada Reserva para Contingencias donde acumulaba cierta cantidad de
dinero, de la cual pagaba las pensiones jubilatorias y las antiguedades de sus
ingresos con cargo a los gastos de operación. En el año de la fusión de los dos
sindicatos dicha Reserva representaba el 0.99% de los ingresos totales que
obtuvo.
Dos décadas más tarde, en 1972,
el Gobierno Federal adquiere el 51% de las acciones de Telmex y con ello se
convierte en una empresa pública de propiedad estatal mayoritaria. En ese
entonces la Reserva para Contingencias funcionaba de manera similar y
representó el 12.56%.
CUADRO 1. TELMEX. PORCENTAJE DE LA RESERVA PARA
CONTINGENCIAS CON RESPECTO A LOS INGRESOS TOTALES. Pesos
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1950
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1972
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1990
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INGRESOS TOTALES
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93,096,454
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2,724,637,000
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16,273,043,000
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RESERVA PARA CONTINGENCIAS
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924,437
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342,092,000
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1,040,892,000
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PORCENTAJE CON RESPECTO A LOS
INGRESOS
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0.99
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12.56
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9.20
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Pasados 18 años, en pleno
frenesí neoliberal, el gobierno de Salinas de Gortari da marcha atrás en el
carácter paraestatal de Telmex y pasa a manos del capital privado en 1990. En ese año la Reserva equivale solamente al
9.29% de los ingresos totales, no porque haya bajado, sino porque subieron
notablemente sus ingresos totales, como se puede ver en el Cuadro 1.
Entre las primeras medidas que
tomaron los nuevos dueños de la empresa, fue la creación de un Fondo en
carácter de Fideicomiso que se destinara para el pago de las pensiones y las
antiguedades. Comenzó con una aportación de 224 millones de pesos en 1990,
cantidad que era muy inferior a las necesidades de ese entonces, si
consideramos que la Reserva para Contingencias tenía más de mil millones de
pesos en ese año.
Esta Reserva duraría todavía 13
años más, hasta 2002, cuando fue la última vez que se registró en los estados
financieros de Telmex, mientras se robustecía el Fondo. En dicho año la Reserva
cerró en poco más de 4 mil millones de pesos, mientras que el Fondo en
Fideicomiso acumulaba más de 59 mil millones de pesos. Eran tiempos en que
había pocos jubilados. por ejemplo, en 2003 en el Contrato Colectivo de Trabajo
de Telmex/Strm habían 39,640 telefonistas activos y solo 8,200 jubilados.
Ya privatizada, Telmex ha
tenido cambios importantes derivados de la revolución de las telecomunicaciones
producto del lenguaje binario y que bajo el control de los nuevos dueños el fin
principal y último es la obtención de los máximos niveles de ganancia. Así, ha
transitado por cinco desprendimientos importantes:
El primero, al sustraer de
nuestra materia de trabajo lo mejor de la comunicación de datos para
concentrarla en Uninet y Red Uno, cosa que realizaron durante los años noventa
del siglo anterior.
El segundo, al separar en el
año 2000 el negocio de la telefonía celular en una empresa distinta y llevarse
así la materia de trabajo más lucrativa. Cuando esto sucedió, se llevaron 59
mil millones de pesos de los bienes de Telmex, el 27% del total. Siete años más
tarde, en 2007, vuelven a partir la empresa al separar a Telmex Internacional,
llevándose casi 92 mil millones de pesos, que representaba el 65% de sus bienes
totales, con lo que asestan el tercer golpe.
El cuarto se produce en 2010
cuando los dueños deciden agrupar todos sus negocios de telecomunicaciones en
América Móvil, pasando Telmex y Telmex Internacional a ser subsidiarias de
aquella. El quinto desprendimiento ocurrió también a principios de esta década
cuando concentran activos fundamentales como equipo de conmutación y de
transmisión, así como la flota vehicular en la subsidiaria RESA.
En todas estas divisiones se
veían afectados los ingresos de Telmex, que venían de más a menos, acentuados
por la lucha monopólica que lideraba desde entonces el Grupo Televisa y que ha
impedido hasta el momento que Telmex pueda comercializar las señales de
televisión.
Por su parte, el
Fondo en Fideicomiso alcanzó su mayor inyección en 2003, cuando llegó a casi 8
mil millones de pesos. Pero un año después solo se le aportaron casi mil 700
millones. De 2005 a 2007 las aportaciones anuales bajaron todavía mucho más,
pues ninguna de ellas rebasaba los cien millones de pesos. Todavía en los dos
años siguientes aportaron al Fondo entre 4 y 6 mil millones de pesos, pero en
2010 solo inyectaron 289 mil pesos. Esa
fue la última vez que Telmex aportó nuevo capital para el Fondo en
Fideicomiso, pues en adelante el Fondo se alimentaría casi exclusivamente del
rendimiento de los intereses en que se encuentra invertido, es decir, que los dueños del negocio usaron la masa de
dinero de esa prestación contractual que cada año creamos en la vida laboral
para consolidar ese nuevo perfil corporativo.
En la actualidad vivimos el
sexto intento de partición de la empresa, que se puede consumar si todos los
miembros del STRM no nos movilizamos para defender nuestra materia de trabajo y
si es que el Secretario General dobla las manos. Vivimos una ofensiva recrudecida
por parte de Televisa a través del gobierno Peñista y en particular de su brazo
ejecutor, el IFT. Pero también de los dueños de la empresa, pues al amparo de
éste, son quienes aprovecharon la ocasión para darle el tiro de gracia a Telmex
y partirla en dos.
Pero mientras se ha inducido el
achicamiento de Telmex, por el contrario ha crecido el número de jubilados y
con ello el pago de las pensiones y las antiguedades en un juego siniestro por
parte de los dueños, que pareciera llevar el propósito de conducirla a la
quiebra para deshacerse del costo de las jubilaciones.
Analizando el Plan final de
separación funcional del IFT, la verdadera intención se asoma: partir al
sindicato en dos y llevarlo a una negociación del Contrato Colectivo de Trabajo
y los demás reglamentos (Perfiles, Reglamento Interior de Trabajo, Programa de
Productividad, etc.) donde los dueños tengan
la oportunidad de rasurar notablemente nuestros derechos laborales y
contractuales, particularmente el de la pensión jubilatoria y las antiguedades,
restableciendo un severo régimen laboral similar al de tipo carcelario que
vivieron las operadoras hasta los años 70s.
Sólo un SOS a los dueños de mi querida Empresa Telmex, que piensen en los jubilados que tanto dimos de nuestro entusiasmo trabajo y cariño para el progreso de la misma. Atentamente.
ResponderEliminarAsí es, estimada Ana. Gracias al esfuerzo de generaciones enteras, América Móvil y Telmex Internacional pudieron llegar a ser grandes y rentables corporaciones.
ResponderEliminarSon comerciantes, gente de negocios, la gente es un mero número, sustituible del cual pueden disponer como les venga en gana. Todos nos podríamos rasgar las vestudiras y ellos junto con el gobierno se reirán a carcajadas.
ResponderEliminarTelmex llegó a ser la empresa de Telecomunicaciones numero UNO gracias al trabajo y dedicación de sus trabajadores y con esa entrega logramos hacer del dueño de la empresa al hombre más rico del mundo.Es muy injusto que ahora que ya dejamos nuestra salud y tiempo en esa gran empresa, nos quieran mandar a la calle a pedir limosna.
ResponderEliminarTengo confianza (la quiero tener) de que esta situación se arregle de tal forma que TODOS GANEMOS y seguir dando nuestro mejor esfuerzo para que TELMEX siga siendo la mejor EMPRESA DE MEXICO.